Diez verbos, cuyas iniciales forman la palabra clave EUCARISTÍA, pueden ayudarnos a vivir con sentido y profundidad este día tan esperado para los niños. (Decálogo, María Dolores López Guzmán)
ESPERAR: La primera comunión es comienzo, no es final... Ir más allá del instante es fundamental. Comienza una nueva estapa en el proceso de iniciación cristiana, que no se puede quedar ahí.
UNIR: Crear un ambiente de unión y no de división será el mejor modo de "dar cuerpo" a lo que es central en ese día: la común-unión
CONVIVIR: Caer en la cuenta de que las celebraciones son momentos de encuentro en la familia (padres e hijos, hermanos, abuelos, tíos, amigos...).
ALEGRARSE: Para que la alegría no se esfume es imprescindible poner más los ojos en Dios que en nuestros deseos, gustos, y, a veces, problemas o discrepancias.
RECORDAR: Preparar algún detalle personal que sea auténtico recordatorio del encuentro que el niño-a ha tenido con Dios.
INTENSIFICAR: Favorecer los momentos en los que compartir con el niño-a confidencias, oraciones y conversaciones sobre la experiencia de Dios recibida.
SIMPLIFICAR: Convertirse en "contrapunto" de los mensajes que incitan al consumo de inevitables y absurdos regalos. Hacer que el día sea "sencillamente distinto".
TRANSMITIR: Comunicar la propia fe es el mejor regalo. Es una buena ocasión para mostrar que la experiencia de la comunión transforma cada día y no se acaba en la primera.
AGRADECER: Participar totalmente del Cuerpo y de la Sangre del Señor es motivo más que suficiente para alabar y agradecer a Dios su invitación a formar parte de Él. Eucaristía significa "ACCIÓN DE GRACIAS".
Hola seño soy José Luis y esto es el primer comentario que hago biennn.
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